En el mercado laboral actual observamos que uno de los problemas más frecuentes es encontrar el postulante con el perfil requerido para un puesto nuevo o vacante.
Actualmente se cuenta con un abanico de posibilidades mayor para acceder al postu lante que en épocas pasadas: publicación de avisos en medios gráficos, Internet, bases de datos, ferias de RR.HH., entre otras.
En este caso debemos tener una "estrategia" o sistema que nos permita administrar y analizar todo este caudal de información.
Pero también debemos contar con un "plan B", cuando el volumen de respuesta es menor debido a la situación puntual de determinados sectores.
Ahora bien, supongamos que pasamos por todas las instancias en lo referente a la búsqueda y selección de personal y encontramos al candidato. Es ahí cuando comienza la verdadera y más complicada tarea de recursos humanos y de la organización en general, que es la retención y la motivación.
Debe entenderse que las variables de la retención y motivación ya no son solo el salario, si no también el equilibrio entre la vida laboral y personal, beneficios sociales, capacitación brindada por la compañía, relación con los superiores, etc.
Muchas de estas variables son nombradas en algunos escritos como "salario emocional".
La variable emocional en una organización difícilmente pueda ser mejorada en otra. En cambio una empresa que solo basa su motivación o retención en el salario, seguramente será incapaz de retener a un talento ante la mejora del mismo.
Por lo tanto una empresa que cuenta con un plan o estrategia de retención y motivación tiene una gran ventaja competitiva con respecto a su competidora.
Si tenemos como base la motivación y el reconocimiento, la retención del talento será una consecuencia, generando un marco laboral productivo y asegurando así una ventaja competitiva.
Fuente: Clarín Empleos
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