Developing Companies for Real People

martes, 14 de septiembre de 2010

Ante el entorno cambiante










Por Elena B. de Devoto
Existen dos competencias clave, que aunque no están planteadas con frecuencia en los perfiles, son necesarias para el desempeño de una persona y, sobretodo, para su calidad de vida.
Entre sí guardan reciprocidad. Se trata de la Tolerancia a la incertidumbre y la Proactividad. Una persona que puede sobrellevar lo incierto, y aún ante las contingencias, mantener su motivación y productividad, es una persona de quien podemos decir que se encuentra en equilibrio. A la tercera competencia me referiré en el final de este artículo .


Las crisis de nuestro país, la Argentina, nos han demostrado que muchas personas han podido iniciar sus empresas en momentos donde el malestar y la desazón llevaban a gran parte de la población al médico clínico para averiguar qué pasaba con su síntomas. En la medida en que una persona continúa activa, con días más o menos gratos, tendrá mayores alternativas de sostener y mejorar su calidad de vida.




Me refiero a la vida activa de un micro-emprendedor, de un comerciante, de un profesional independiente o de una persona que está empleada, cualquiera sea el lugar que ocupe en el organigrama de un empresa.



Las personas salen de la incertidumbre realizando, concretando, continuando con lo que había planificado. Pero existe una tercera competencia clave, necesaria para que estas dos guarden reciprocidad, y elegí darle un nombre contemporáneo, y es la Determinación. Para poder salir de la incertidumbre y mantenerse proactivo hace falta una cuota de determinación, o dicho a la antigua, de coraje.
El coraje, el valor o la valentía, hoy nos suenan algo anacrónicos. No son palabras de nuestra época. A lo sumo, la podemos escuchar en escenas privadas, en la vida íntima de una persona, por ejemplo, el momento en que una madre se encuentra ante la inminencia del nacimiento de su hijo. O ante una operación quirúrgica, o ante una enfermedad con la que se avecinan momentos de sufrimiento. El coraje no es una palabra que escuchemos en los medios de comunicación o en la publicidad. Hace falta coraje para hacer en medio de una crisis, hace falta coraje para sobrellevar la incertidumbre. Se trata de una medida de coraje para nuestra vida cotidiana. Cuando pensé en esta tercera competencia, el coraje, lo nombré determinación, y recurrí a una fuente muy antigua. Se trata de la obra de un autor donde encontraremos gran parte de las preguntas que nos ocupan y ocuparon en Occidente.


En este caso recurrí a Laques, un diálogo de Platón temprano, breve, de estructura dramática sencilla, final aporético y que discute sobre un tema ético. Intenta definir una virtud: la andreía o el valor.




En 191b:



"Sócrates: -(...)Quería, pues, saber no sólo acerca de los valientes de infantería, sino también acerca de los de la caballería y de todo género de combatientes, pero, además, de los que son valientes en los peligros del mar y de cuantos lo son frente a las enfermedades, ante la pobreza y ante los asuntos públicos, y aún más, de cuantos son valientes no sólo ante dolores o terrores, sino también ante pasiones o placeres, tanto resistiendo como dándose vuelta; pues, en efecto, existen, Laques, algunos valientes también en tales situaciones.




Laques: -Y mucho, Sócrates.



Sócrates:-Por lo tanto, son valientes todo éstos, pero unos demuestran valor ante los placeres, otros, ante los dolores, otros, ante las pasiones y otros, ante los temores. Otros, creo, muestran su cobardía en las mismas circunstancias."
Laques dirá que se trata de un "cierto coraje del alma" en 192b y en 192c, se Sócrates agregará la sensatez como su otro componente.
Por lo tanto, la Determinación podría ser descripta como una competencia en la que una persona puede responder con coraje y sensatez ante distintas circunstancias que se le presenten. Propongo, entonces, estas tres competencias como esenciales para enfrentar las crisis y mantener la estabilidad:
cuadro

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