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sábado, 17 de agosto de 2013

El arribo de la Generación Z


Tienen menos de 13, pero se sienten adolescentes; consumistas, impacientes e hiperinformados, cuidan su imagen e influyen en las compras familiares

Celia recuerda muy bien que cuando su nieta, Lalu, tenía 4 años, se sentó junto a ella en la 
computadora, le mostró en la pantalla una imagen con muchos dibujos que se movían y le dijo: "Este juego no te lo voy a enseñar porque no lo vas a entender".
Guadalupe "Lalu" García hoy tiene 13 años. Está conectada las 24 horas a su celular, le gusta comprarse ropa con sus amigas y, como dice, "disfrutar de su presente". Inquieta, inteligente y con un look más que cuidado, ella representa a una generación que está cambiando la forma de ver el mundo: la Generación Z.

"Es una generación que aún no comenzó su camino dentro del ámbito de las organizaciones- explica Alejandro Marcó, autor del libro Entre generaciones, no te quedes afuera del futuro-. Los llamados Z1, nacidos en el año 2000, tienen unos 13 años. En cambio, los Z2, son los surgidos desde 2005. A partir de 2010, se habla ya de una generación a la que se denomina Alfa o Google Kids."


miércoles, 10 de abril de 2013

Los kilos de más pueden reducir el salario

Empresas de EE.UU. impondrían multas a quienes no pasen ciertas pruebas de salud

Por Leslie Kwoh  | The Wall Street Journal Americas
ÚLTIMAS NOTAS DE WALL STREET JOURNAL
¿Es hombre y su cintura mide más de 100 centímetros? Pues si quiere trabajar en la subsidiaria del fabricante de neumáticos francés Michelin en Estados Unidos, esos rollos pueden costarle caro.
Los empleados de Michelin North America Inc. en EE.UU. que tengan la presión alta o una cintura demasiado abultada podrían tener que pagar hasta US$1.000 más por su seguro de salud a partir del año que viene.
En su lucha por controlar el alza en los costos de salud y ante el escaso éxito de los programas voluntarios de bienestar, empresas en todo EE.UU. están castigando a sus empleados por un rango de condiciones como la presión alta y las cinturas anchas. También piden que los trabajadores compartan información personal, como su índice de masa corporal, peso y nivel de azúcar en la sangre, o que paguen mayores sumas por la cobertura de salud.
Las empresas afirman que no pueden reducir los costos de salud sin cambiar los hábitos de los trabajadores y aluden a estudios que muestran que las personas responden de forma más efectiva a potenciales pérdidas, como multas, que a recompensas previstas. Y en momentos en que se prevé que el gasto corporativo en salud alcance un promedio de US$12.136 por empleado este año en EE.UU., según un estudio de la consultora Towers Watson, los castigos pronto podrían convertirse en la norma.
Los empleadores podrían sostener que medidas severas como multar a los trabajadores que evaden los controles de salud benefician al personal y reducen sus costos de salud. Pero ese tipo de pasos también augura un futuro oscuro para quienes padecen de una enfermedad crónica, como la hipertensión, que podría costarles a los trabajadores empleos o ascensos.

lunes, 21 de enero de 2013

Información Cursos


Como veo mucha gente interesada en el tema, paso la información.
Saludos
Adriana Ceraso

https://eventioz.com.ar/events/curso-de-performance-marketing


En la plataforma de Eventioz encontrarás los links para poder compartirlo.

INFORMACIÓN DEL CURSO

::: Programa y Fechas  :::
https://eventioz.com.ar/events/curso-de-performance-marketing/agenda

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::: Costo del Curso y Registro :::
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Cualquier duda o consulta estoy a tu entera disposición.

Un fuerte abrazo

Jonathan Baldovino
@jbaldovino

Jóvenes condenados a vivir en el margen


Tal vez no les importó que otros los vieran. Tal vez saben que sus caras no importan porque nadie repara demasiado en ellas. Ni en ellos. Son, en ese sentido, invisibles. Hasta que "algo" pasa (y lo que pasó hace un mes fueron saqueos en Bariloche, Rosario, y así hasta llegar a 40 ciudades, a 292 comercios, a 26 millones y medio de pesos perdidos, a 500 detenidos y a 4 muertos) y entonces sí: los vemos. De golpe y de a montones. Son chicos de catorce, veinte y no muchos más años en el remolino de cada andanada. ¿Que hubo quienes sólo fueron a mirar? ¿Que también hubo adultos? Seguro. Hubo adultos, mayores y hasta niños. También salteadores que se presentaron a la cita en camionetas, y se hartaron de cargar electrodomésticos y pantallas gigantes. Pero eso no implica desconocer la impronta joven de esa marea que irrumpió en supermercados y almacenes, y que se vuelve dato: la mitad de los muertos de aquellos días no tenía ni 25 años.
¿Quiénes son? ¿Por qué están ahí? El proceso, coinciden los especialistas, podría resumirse en décadas de industrias (y familias) desmanteladas. Ya hace 20 años estaban ahí, sólo que pocos querían verlos y además no eran tantos. Y ahí siguen: encerradas en sus casas algunas y criando ya un primer bebe (en la Argentina, 1 de cada 3 madres tiene menos de 24 años), agrupándose otros en las esquinas, reptando de la plaza al cíber algunos más. Evidentemente, el universo «ni-ni» (el de los jóvenes que ni trabajan ni estudian) nombra una realidad demasiado compleja para caber en cuatro letras.