Los baby boomers en siglo XXI
Al entrar al mercado laboral, nuestras expectativas eran trabajar para toda la vida en una empresa y recibir como contraparte de nuestra lealtad trabajo para toda la vida. Nuestros deseos eran la seguridad y ascender. “entre como cadete, hoy soy gerente” luego, solo nos quedaba esperar la jubilación .
A medida que la segunda mitad del siglo XX transcurría, nos dimos cuenta de que las reglas cambiaban y nos vimos sumergidos en un mundo donde las reglas del juego exigían habilidades o que no teníamos.
Aquella organización que cuidaba de nuestras vidas, expulsó a sus empleados leales. Aquellos que nunca tuvieron que buscar empleo ahora nos encontrábamos ante un mercado devorador, alienante e incomprensible.
Hoy transcurridas casi dos décadas, ni siquiera estamos seguros de poder jubilarnos. ¿Seguirá existiendo la jubilación para nuestra generación?
Este nuevo escenario, hizo que muchas mujeres de esta generación entraran al mercado laboral masivamente, por necesidad, por deseo o por ambas cosas.
En dos décadas, la población laboral activa será menor que las personas mayores de 60 años. Es la primera vez que este proceso se revierte, que la generación con edad de cubrir los puestos de trabajo es menor que las personas que llegan a la edad de jubilarse. ¿Cómo el aporte de una minoría podrá sostener el retiro de una generación mayoritaria en el mundo?
También es cierto que, para muchos integrantes de la generación que hoy tiene 50 años o más, la jubilación no es una meta deseada; no es lo que esperamos.
La planificación de ese período de nuestra vida es el interés que ambos grupos comparten: por los que esperan la jubilación y por los que quieren seguir con sus carreras profesionales o aquellos con aquellos intereses que debieron postergar.
El día a día
Una mañana, mientras firmaba el libro de temas en la sala de profesores de una universidad privada escuche a una profesora, ingeniera a cargo de la cátedra de Sistemas para Administración, hacer el siguiente comentario: “hace un tiempo que también me estoy dedicando al arte y una de mis obras es un corazón que se encuentra en una de las estaciones del subte de la línea D”
El comentario quedó en mi memoria y fue el disparador para comenzar a pensar: ¿qué nos propone hoy la vida después de los cincuenta? A diez o quince años de la jubilación, con las obligaciones y logros, tanto profesionales como personales alcanzados o no; con la misma energía que una década atrás pero con la ventaja de disponer de más tiempo para uno, con una expectativa de vida, hoy, cercana a los 80 años. Con la lucidez y el deseo de seguir, de tener ganas de continuar en actividad y con cosas que aportar desde la experiencia.
A partir de ese momento, comencé a preguntarles a mis alumnos de diecinueve años qué hacían sus abuelos. Obviamente, las edades de los abuelos iban de los 49 años hasta los 90.
En nuestra generación la discusión pasaba por: “lo enviamos a un geriátrico o lo llevamos a casa”. Hoy es:” le pusieron un negocio, mi abuela está estudiando un nuevo método para enseñar matemáticas, mi abuela da clases de bridge, mi abuelo sigue al frente de su estudio, mi abuela tiene novio…”
Es hora de que nos preguntemos: ¿Qué haremos en los próximos 30 años?
Algunas temas para pensar
En lo laboral:
- Las generaciones que nos siguen, no podrán cubrir todos los puestos de trabajo de las empresas, los baby boomers seguiremos teniendo vigencia; cada generación deberá aportar lo que la distingue. Tendremos que convivir en una misma organización más de tres generaciones, con sus características bien definidas y con motivaciones e intereses muy diferentes.
- Quizás lo que falte es el empleo, el trabajo seguirá existiendo. ¿Cómo podemos elegir una nueva actividad donde poner en juego nuestras mejores habilidades, conocimientos y actitudes.
- Hay algo que al igual que el cambio, es lo único constante, seguir aprendiendo. A esta edad, el aprendizaje puede ser vivido como algo placentero. Un desafío posible.
- ¿Cómo acompañar esa lucidez y ese deseo con un cuerpo que pueda seguirnos en la concreción de nuestros proyectos?
- Es la década para volver a pensar en nosotros, sin las presiones sociales ni los mandatos familiares. Con la experiencia de nuestra vida como bagaje, que nos permite proyectarnos en logros realizables.
Ya no nos sentimos los superhéroes de nuestra infancia, con deseos infantiles y poco alcanzables. Hemos vivido y, sin embargo, nos queda una vida por delante.
Gabriela Navarra
ResponderEliminarPara LA NACION
Si cuatro disparos no hubieran terminado con su vida hace casi tres décadas, ayer John Lennon hubiera cumplido 70 años. ¿Alguien se lo imagina "viejo"? No parece tan fácil, y no sólo porque murió a sus 40, sino porque además su actitud -proactiva, rebelde, hasta revolucionaria- difícilmente hubiera cambiado con la edad. Y su ejemplo no es el único, por cierto.
En el mundo, cada dos segundos alguien cumple 50, cada tres segundos, 60. Y a pesar de las contradicciones de la época, la expectativa de vida no se detiene. En el país, hay cerca de 3000 personas que han llegado o superado los 100 años, mil más que hace una década (y casi el 80% son mujeres) y un millón superó ya los 80. Todo indica que pronto estaremos ante las primeras generaciones masivas de centenarios.