Nos proponemos publicar una serie de artículos donde podamos desarrollar los diferentes criterios o modelos que hay para planificar la carrera profesional. Este análisis puede llevarnos a cambiar de rumbo o afianzar nuestras habilidades actuales posicionando nuestras fortalezas en diferentes áreas.
El primer paso es el Autoconocimiento:
Para comenzar el proceso de autoconocimiento y autoevaluación vamos a definir dos conceptos centrales: identidad profesional e identidad de carrera.
Se define la identidad profesional como: al conjunto de hábitos que una persona ha desarrollado en el ámbito de su trabajo y el potencial para poder desarrollar otros en el futuro. La identidad de carrera es definida como: el alcance con que nos autodefinimos a partir de nuestro trabajo.
La elección de la carrera profesional no se define solo (soliloquio), reflexionando y sin actuar. La carrera profesional se define en el hacer en el trabajo, en la devolución de las miradas de otros.
Schein habla de “acción reflexiva”, el individuo descubre su identidad: habilidades, conocimientos, intereses, interactuando con el medio laboral. Enfatiza el valor de la evolución, el desarrollo y el descubrimiento a partir de la experiencia.
Esta idea la va a plasmar con posterioridad en uno se sus aportes más originales: anclas de carrera. Estas anclas se van definiendo en el transcurso de la vida laboral, en la medida que juguemos diferentes roles que nos permitan ir definiendo, que sabemos hacer, que podemos hacer y que deseamos hacer.
La identidad profesional va cambiando con el tiempo de acuerdo a nuestras experiencias como personas, los cambios que vamos realizando en nuestros trabajos y con las decisiones que tomamos en nuestras carreras.
Hemos citado en artículos anteriores a Herminia Ibarra, lo que ella expone es coincidente con lo aportado por Schein. Ambos coinciden en un concepto central, la importancia de la experiencia: las personas van testeando diversas actividades, esto posibilita poder sentirse seguros de las decisiones tomadas con respecto a la carrera o tomar la decisión de cambiarlas.
Otro punto central es tener en cuenta la empresa en la que estamos trabajando. Es evidente, que debemos tener en cuenta que las carreras se desarrollan en organizaciones y que muchas veces los intereses personales dejan de estar alineados con los de la empresa. Cuando esto sucede, muchas veces es la señal para cambiar.
Este sería un primer paso para evaluar “quien soy”, desde la dinámica de la experiencia en trabajos concretos y la puesta en juego de conocimientos, habilidades e intereses en una organización determinada.
Adriana Ceraso
Consejera de carrera
adrianaceraso@justpeopleconsulting.com
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