La franja etaria de entre 18 y 24 años es la que tiene más dificultades para conseguir trabajo. Crear empleo para los jóvenes es el gran desafío de todas las economías del mundo. Un debate abierto.
Por Laura Andahazi ESPECIAL PARA CLARIN
Los jóvenes de entre 18 y 24 años son quienes más dificultades tienen para conseguir trabajo. Representan el 21% de la población económicamente activa y, entre los que no estudian ni trabajan, la cifra asciende al 22%; son más de un millón de personas que no cuentan con experiencia laboral, habilidades en oficios o estudios formales.
Sin embargo, esta situación no sólo se da en la Argentina, sino que se ha convertido en un problema global. El Informe del Mundo del Trabajo 2010 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) remarca que, a pesar de los alentadores signos de recuperación del empleo tras la crisis global, en particular en las economías emergentes de Asia y América Latina, se advierte que "las perspectivas han empeorado considerablemente".
El estudio calcula que, si las actuales políticas persisten, una recuperación del empleo a los niveles previos a la crisis se retrasará hasta 2015 en las economías avanzadas. En cuanto a los países emergentes y en desarrollo, estima que se necesitarán más de 8 millones de nuevos empleos.
Julio Bellone, presidente de la Federación Argentina de Empresas de Trabajo Temporario (FAETT), señaló que crear empleo para los jóvenes se ha convertido en el gran desafío de todas las economías del mundo y agregó que "el desempleo y el empleo de poca calidad afectan las oportunidades y traen aparejadas repercusiones sociales a largo plazo que dañan el capital humano y conspiran contra el crecimiento económico".
Bellone participó del seminario "Los empleos de mañana para los jóvenes de hoy: tendencias actuales del empleo en la Argentina", que se realizó en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires. El encuentro, organizado por FAETT, la OIT y la Unión Industrial Argentina (UIA), se dio en el marco del Programa Nacional de Trabajo Decente para Argentina y el Pacto Global para el Empleo, que buscan estimular el ingreso de las nuevas generaciones al trabajo digno.
Los especialistas coinciden en señalar una brecha entre las habilidades y conocimientos que producen las universidades y lo que el mercado laboral demanda.
"El trabajo no calificado no existe más. En cualquier parte del mundo el trabajador tiene que contar con un saber mínimo y hoy la gente estudia profesiones que después no ejerce o cursa una carrera y para cuando se recibe, con los avances tecnológicos, las reglas de juego ya cambiaron", resaltó Horacio De Martini, presidente de la Confederación Internacional de Agencias Privadas de Empleo (CIETT). En cuanto a la oferta, agregó que en Latinoamérica, el 57% de la población universitaria estudia Ciencias Económicas y Derecho; 15%, Ingeniería; 12%, Ciencias de la Salud, y el resto, otras carreras. Pero cuando se observa la demanda laboral, se necesitan ingenieros (57%) y abogados y contadores (12%).
Al respecto, Rubén Cortinas, presidente de UNI Américas, resaltó "la necesidad de fijar una política que determine qué tipo de sociedad laboral queremos tener como país para definir qué carreras, oficios y capacidades debemos desarrollar en los diferentes ámbitos de formación". Para el especialista, no hay una crisis del trabajo sino que los jóvenes lo toman de un modo muy diferente al de las generaciones anteriores.
"Hoy es mucho más fragmentada y heterogénea. En Francia se calcula que en 5 años se cambia 15 veces de empleo. Hoy los jóvenes no quieren vivir atados al trabajo o coaccionados como lo hicieron sus padres. Por lo tanto, existe una demanda importante para incorporarse a la vida laboral con un trabajo decente: con libertad sindical, negociación colectiva, sin discriminación, en un ambiente de diálogo, etc", agregó Cortinas.
Malena Famá, directora ejecutiva de la Unión Argentina de Jóvenes Empresarios (UNAJE), alertó sobre la desinformación: "Cuando nos dicen que hay 800.000 jóvenes que no estudian ni trabajan, nosotros nos acercamos a esos jóvenes y les preguntamos por qué no quieren trabajar; y la respuesta es que ellos quieren, pero que no hay trabajo. Lo mismo pasa con las carreras: se les dice que se viene la era de la biotecnología y la nanotecnología, pero no saben de qué se trata".
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