Desde hace algunos años se instaló en el mundo de las organizaciones el paradigma de la guerra de los talentos. Sobre la base de eso se desarrollaron estrategias de atracción y nuevos espacios y tácticas para reclutarlos y retenerlos. Se desarrollaron Propuestas Valor Empleado (PVE) y se pensó en un mejor lugar para trabajar, más cercano a las nuevas generaciones.
Pero la pregunta hoy es: ¿y dónde están? El mundo cambió, la comunicación también, los paradigmas son otros y las organizaciones y los consultores pasan horas discutiendo acerca de la posibilidad de adaptación de estas nuevas generaciones a las organizaciones.
Se requiere una nueva dinámica, saber buscarlos y poder, a su vez, entender que el talento también es diferente. Hoy cambiaron las expresiones para evaluar el talento y éstas pueden generar resistencia.
Estas nuevas formas deben incluir todas aquellas competencias que los jóvenes han desarrollado bajo el mundo del pensamiento conectado y de la tecnología. ¿Cómo administrar las respuestas si ellos se comunican con un lenguaje informal? ¿Cómo entender sus competencias si pueden escuchar música, hacer una presentación y hablar con su jefe al mismo tiempo? ¿Cómo analizar su potencial si pregunta en la entrevista si los viernes se trabaja?
Las reglas de juego cambian y es necesario modificar aspectos del reclutamiento para seguir evaluando el talento sin que estos cambios generacionales provoquen parálisis y resistencias. Es necesario saber dónde buscarlos y entender que el talento en un candidato debe mirarse con componentes de un nuevo mundo globalizado, conectado y diferente. Hay que animarse a romper barreras y buscarlos ahí, en sus ámbitos: redes sociales, laborales, eventos deportivos. Si no se seguirán preguntando: ¿y dónde está el talento?
Por Alejandro Masco | Para LA NACION
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