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martes, 1 de noviembre de 2011

Malo para las economías, bueno para el ambiente.La tasa de fertilidad decrece

Pese a que la población mundial pasó este mes los 7.000 millones, la tasa de natalidad decrece.

En estos días en que la población mundial alcanza el hito de los 7.000, se vuelve a oír hablar de superpoblación . Pero en buena parte del mundo rico se ha apretado tanto el freno de los controles demográficos que esto puede estar contribuyendo a la actual caída económica .
 
 
 
Curioso pensamiento: algunos creen que las poblaciones jóvenes podrían estar atrás de todo, desde los levantamientos árabes hasta el milagro económico chino... y quizás, también, de la declinación de Occidente.
El caso más observado es el de Japón. Los economistas dicen que el mundo desarrollado está ahora entrando en lo que Japón pasó en los 90, cuando sufrió una “década perdida” de estancamiento económico de la cual nunca se recuperó. Y eso, algunos sostienen, es porque a Japón se está quedando sin adultos jóvenes .
Japón tiene la población más vieja del mundo –la expectativa de vida de una mujer es de 86 años– y una de las más bajas tasas de fertilidad. A 1,2 hijos por mujer, tiene apenas poco más de la mitad de lo que se necesita para mantener las cifras de población. Mientras tanto, la edad promedio supera bastante los 40 años y una de cada cuatro personas tiene más de 65.
Es un vuelco notable. Japón solía ser joven. Cuando era la figura emblemática de las economías asiáticas, sacaba partido de una enorme población de adultos jóvenes y no muchos mayores dependientes. Aquellos jóvenes adultos se dedicaron tanto a trabajar que casi dejaron de tener hijos. Luego se volvieron viejos. Así, la tierra del sol naciente se transformó en la tierra del sol que se pone.
Y donde fue Japón va el resto del mundo. El caso perdido de la economía emergente de Europa es la Italia de Silvio Berlusconi. Los cambios poblacionales han tenido, sin duda, un papel en esto. Gracias a la generación de la fertilidad ultrabaja, el mayor país del oeste europeo con un primer ministro nacido antes de la Segunda Guerra Mundial t iene ahora la segunda población más vieja del mundo .
El remolino del crecimiento económico en otros tigres asiáticos se está aplacando mientras cae la fertilidad y la población envejece.Hoy China es joven y vibrante, pero la política de un solo hijo detiene el crecimiento de la población. Dentro de una década, sus números pueden estar declinando y China tendrá la mayor población en envejecimiento jamás vista en el mundo. Del boom se puede pasar al desinfle.
Medio Oriente está en una etapa más temprana de su camino demográfico. Sin embargo, con tasas demográficas en declinación muchos países de la región tienen abultada la parte de los adultos jóvenes en la pirámide poblacional. Los gobiernos no han logrado traducir ese potencial demográfico en crecimiento económico, pero podría decirse que esos jóvenes dirigieron el radicalismo musulmán y ahora la primavera árabe.
La gente que en las calles de Egipto, Túnez y Siria exige reformas democráticas, una generación antes hubiera estado en sus casas ocupándose de los niños. Ya sea motorizando el crecimiento económico o exigiendo democracia, los jóvenes son fuerzas dinámicas para el cambio en cualquier sociedad. Pero a medida que las sociedades envejecen, ese dinamismo muere.
El envejecimiento es la nueva forma del mundo . Uno no lo diría escuchando los comentarios públicos sobre el hito de los 7.000 millones, pero hoy, en el mundo, la mujer promedio tiene la mitad de hijos que su madre 40 años atrás: 2,5 hijos (antes 5). Y el número sigue declinando. Una docena de países ya están por debajo, incluidos Irán, Birmania, Vietnam, China por cierto, y gran parte del sur de la India.
A largo plazo, esto no es suficiente para sostener las cifras. Muchos esperan que el mundo alcance su pico a mediados de siglo y a partir de ahí comience a declinar. Sea que suceda entonces o más tarde, el envejecimiento mundial es ahora una certeza.
Sospecho que la fiesta económica del siglo XX fue producto de una población joven en expansión. Se irá a medida que envejezcamos. La década perdida de Japón, y su probable réplica en el mundo occidental es quizás el primer signo.
También ya es tiempo. Todos sabemos que no podemos seguir como hasta ahora. El planeta no lo puede soportar. La fiesta ha terminado.

Por* “Peoplequake: Mass Migration, Ageing Nations And The Coming Population Crash”  
Traducción: Beatriz Cádiz Fred Pearce Autor De “Peoplequake”

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