Un 40% de la población sin trabajo tiene menos de 25 años; entre varias razones, porque muchos no alcanzan a terminar el colegio secundario.
Paula Urien
LA NACION
Los datos provisionales del Censo 2010 dan un total de población de 40.091.359 habitantes. De este total, según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), entre octubre y diciembre de 2010 hubo 833.000 personas que buscaron trabajo y no lo encontraron. Son 1.200.000 si se hace una proyección a toda la población urbana.
Los jóvenes, especialmente aquellos que no tienen un buen nivel de estudios; las mujeres, porque todavía tienen menos oportunidades a la hora de encontrar trabajo; los mayores de 35 o 40 años porque en los avisos piden, en general, gente con un tope de edad. Este es el perfil del desocupado hoy, un 7,3 por ciento de la población, según datos del Indec.
Pero la brecha entre el problema de los jóvenes y el resto de quienes buscan trabajo pero no lo encuentran es enorme. Mientras que el desempleo de jóvenes es un drama en diversos países del mundo (uno cada cuatro en Estados Unidos, uno cada tres en Francia y uno cada dos en España), en la Argentina no es un problema menor.
Según explica Diego Schleser, responsable de la coordinación del departamento de Banco de Datos y Procesamientos Estadísticos, del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, en la Argentina un 20% de los jóvenes está desocupado. Es decir, uno cada cinco tiene problemas para conseguir trabajo.
"La tasa de desempleo de los jóvenes al menos duplica la tasa general del resto de los grupos etarios. Ellos representan el 40 por ciento del total de la población desocupada. Esto se debe a un desajuste entre el nivel educativo y la demanda de las empresas, que exigen haber terminado el secundario y algo de experiencia. Entre ellos, hay un nivel de rotación muy alto y esto aumenta la tasa de desempleo", afirma el funcionario. El 70 por ciento de quienes no pertenecen a este grupo deberían conseguir un trabajo, según Schleser, en un máximo de seis meses.
Coincide un informe reciente de Sel Consultores, que establece que los empleos formales tienen requisitos crecientes de calificación. Esto vale incluso para posiciones iniciales con menores demandas técnicas. Es básico, entonces, haber completado la escuela media. En la Argentina, según estimaciones de la Fundación de Investigaciones económicas Latinoamericanas (FIEL), en 2010, un 4,6% de los alumnos no terminó la primaria y un 22,7% tampoco el secundario. Pero también es una cuestión de calidad educativa. Según explica Pablo Zoido, desde la sede de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en Francia, la Argentina quedó número 59 entre 65 países en la última evaluación internacional Pisa, realizada a alumnos de 15 años de escuelas públicas y privadas. No son buenos resultados.
"La puntuación media de los estudiantes argentinos los coloca por debajo de lo que se considera el nivel básico de comprensión lectora en los países de la OCDE. En matemática y ciencias los resultados no son marcadamente mejores." Zoido explica que las naciones con mejores resultados priorizan la educación. Los profesores, que tienen buenas credenciales académicas, obtienen salarios altos.
Con otra perspectiva, Nuria Susmel, de FIEL, y Jorge Colina, del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), coinciden en que la penalización del despido quita oportunidades a quienes no tienen experiencia. "Les cuesta entrar en el mercado, no porque no haya trabajo, sino porque es difícil evaluar sus capacidades", afirma Susmel. Y dice que, si el costo de despido fuera cero por un tiempo superior a los tres meses, sería más factible arriesgarse a contratar a quienes no se han probado como trabajadores en otro lado.
Patricio Millán, director de la Escuela de Economía de la UCA, también tiene otra perspectiva. "Habría que trabajar el 7,3 de desocupación -dice-. Se crea poco empleo en el sector más moderno de la economía, por eso sube la informalidad."
La edad pesa, pero sólo a la hora de buscar trabajo, aunque se tenga mucha y muy buena experiencia. "La tasa de desempleo de personas de 50 a 59 años es de 4,3%. Es muy baja", expresa Schleser. Coincide con Nuria Susmel cuando dice que el problema se presenta cuando se pierde el trabajo. "En general terminan aceptando trabajos de menos jerarquía, con salarios inferiores", explica la profesional de FIEL.
En cuanto a la situación de las mujeres, la tasa de desempleo es más elevada que la de los hombres. Entre esta última franja la tasa es de 6,1%, mientras que la de las mujeres asciende a 9,1.
En síntesis, con una tasa de desocupación que está entre la media de América latina, según la Cepal, la Argentina tiene como gran desafío el presente y futuro de sus jóvenes.
CIFRAS QUE HABLAN
1,2 Son los millones de argentinos que buscaron trabajo y no lo encontraron en 2010.
20% Es la porción de la población juvenil de la Argentina que actualmente trata de emplearse, pero que no lo han logrado.
210 Son los millones de personas que están desocupados en el mundo, el nivel más alto de la historia, según la OIT.
El nivel educativo argentino va decreciendo lentamente y con firmeza. Estamos muy lejos de aquella UBA de reputación mundial. La falta de instrucción genera "excesiva desigualdad" ya que los avances tecnologicos requieren que hoy, por ejemplo, un peón de campo para manejar un tractor necesite conocimientos básicos de computación. Entonces aquellos que ni siquiera tuvieron acceso a la lectura qué hacen??? Lo preocupante es que tanto gobierno como sociedad no tienen como prioridad la educación y en consecuencia la brecha se sigue ampliando sin pausa.
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